Fishead

Los osos pardos,
sólo se comen la cabeza de los salmones
, dejándo el resto, para los carroñeros;
a menos que sea una hembra
y cargue con hueva.

Osea, conservan la hueva y deshechan a la hembra... como todo buen oso pardo!

Por qué un ser humano, con toda la consciencia que puede tener, es capaz de comerse una grotesca cabeza de pescado?
Por el simple hecho de que el sabor de la ya no consciencia del mismo pescado es incomparable.

Pero, cuál es la importancia de la cabeza del pescado en si? Se preguntarán ustedes.
El pez antes de ser pescado, tiene su hábitat natural en los cuerpos de agua, es decir, vive en el agua... o vive del agua?

No está comprobado por ningún método que la relación pez-agua sea simbiótica o parasítica. El agua, como sistema masivo, proveé al pez de nutrientes necesarios para sus funciones vitales, para su bienestar. La pregunta radica en si los beneficios que el pescado mismo trae al ser un nutriente para los demás seres allegados al agua, sean considerables aún en sumatoria con los demás peces. Son los peces lo suficientemente benéficos para establecer una relación simbiótica con el agua?

Es por eso, que la consciencia de los peces acerca de esta relación es tan disputada. Esta consciencia tan importante debe de residir en algun lugar del encéfalo del pez, trascendiendo incluso el proceso de cocción. De igual forma, la forma tan sui-géneris que tienen los peces de ver su propia relación con el agua misma, trasciende; logrando que los globos oculares de un pescado sean un completo manjar.

De ésto, saben más que el humano los osos pardos, pues se alimentan de la materia cruda de las cabezas de los pescados. Por ende, tenemos dos opciones, o aprendemos a comer sin el proceso de cocción, o comemos osos y pescados, para que la información llegue por dos lados distintos. Aunque suene descabellado, mucha gente preferiría engullir un pedazo de carne de oso pardo, no por el hecho de que se respete el proceso de cocción, sino por que la información que el pez proveé ya fue digerida y asimilada.

Y son DOS las cabezas que comerá este oso pardo el día de hoy. Y si no han sentido los dientes de un sierra al limón en la lengua mientras succionan la carne de su mandíbula, no han besado realmente a nadie!